miércoles, junio 12

Resumen sobre como las religiones describen la vida después de la muerte
Notas de la Sociedad Espiritista Cubana

Cristianismo

Aunque existe una gran diversidad de denominaciones cristianas – Católicos, Protestantes, Ortodoxos, Evangélicos y muchas otras organizaciones Cristianas sin denominación, una creencia central del Cristianismo es que existe la vida futura o vida eterna, y que la conducta en la tierra – como nos comportamos – determinará el ‘lugar’ donde finalmente terminaremos. Existe un infierno para los malvados – algunas teologías aun hoy dicen que el fuego del infierno es eterno –  y existe el cielo o paraíso para los que se han comportado bien en la vida.

La Iglesia Católica además plantea que hay un estado entre el cielo y el infierno llamado ‘purgatorio’ y aun hoy en día debaten sobre un posible estado de ‘limbo’ para casos de niños que mueren antes de ser bautizados. La Teología Católica enseña que después de pasar un tiempo en el purgatorio, el alma o espíritu eventualmente podrá ir al cielo. Otros cristianos no católicos, los Protestantes, no aceptan el concepto del purgatorio. La Teología Católica también afirma que los pecadores pueden confesar sus pecados a los sacerdotes católicos y que esos pecados son perdonados para siempre – no importa cuan graves puedan ser los pecados, incluyendo el genocidio – si el pecador se arrepiente sinceramente, sus pecados serán perdonados.

Ver más sobre las creencias Cristianas en el sitio de www.ReligiousTolerance.org

Hinduismo

Los Upanishads, los antiguos textos religiosos Hindú, postulan que existe un núcleo eterno e inmutable del ser llamado "Atman." Esta alma o "ser profundo" era considerada como idéntica a la inmutable divinidad llamada Brama (el fundamento unitario del Ser que trasciende dioses y diosas particulares). Durante la vida en la tierra el Atman sin embargo está atrapada en el mundo de "samsara" (el ciclo de muerte y renacimiento). A diferencia de los conceptos Occidentales sobre la reencarnación, el Hinduismo, el Budismo y otras religiones Orientales muestran el proceso de samsara como algo infeliz. La vida en este mundo significa sufrimiento.

Lo que nos mantiene atrapados en el ciclo de samsara es la Ley del Karma. En su forma más simple, esta ley opera impersonalmente como una ley natural asegurándose que cada hecho bueno o malo eventualmente retorna al individuo en forma de recompensa o castigo en proporción al hecho original. Es la necesidad de “cosechar su propio karma” lo que hace que los seres humanos tengan que nacer de nuevo (reencarnar) en vidas sucesivas. En otras palabras, si uno muere antes de cosechar los efectos de sus propias acciones (como ocurre con la mayoría de las personas), el proceso kármico demanda que uno regrese en una vida futura. Regresar en otra vida también permite que las fuerzas kármicas recompensen o castiguen a través de las circunstancias en las que uno nace. De ahí que, por ejemplo, un individuo que fue generoso en una vida puede renacer como una persona acaudalada en la próxima encarnación.

"Moksha" es el término tradicional Sánscrito para denominar la liberación de la interminable cadena de muerte y renacimiento. En las tradiciones religiosas del sur de Asia, esto representa el objetivo supremo de los esfuerzos humanos. Según la diversidad del Hinduismo, la liberación puede obtenerse de varias maneras, desde la realización apropiada de varios ritos hasta las altamente disciplinadas formas del Yoga. En los Upanishads, es el conocimiento apropiado, en el sentido de comprensión de la naturaleza de la realidad, lo que permite al buscador aspirante lograr la liberación del ciclo del renacimiento.

¿Qué le sucede al individuo después de alcanzar moksha? En el Hinduismo basado en los textos Upanishads, se cree que el Atman individual se une con el Brama cósmico. La imagen tradicional es como una gota de agua la cual cuando cae en el océano pierde su individualidad y se convierte en uno con el mar, es decir que al alma individual es parte del todo y el todo mismo. Aunque muy divulgada, esta metáfora no captura bien el significado de esta unión. En lugar de perder la individualidad propia, los Upanishads explican que en realidad el Atman nunca está separado de Brama; de ahí que la individualidad sea ilusoria, y moksha simplemente es el despertar de ese sueño de separación.

En paralelo a los planos celestiales, el Hinduismo también desarrolla la noción de ciertos mundos infernales en los cuales los individuos excepcionalmente pecadores son castigados. Muchos de los tormentos en los mundos infernales del Hindú, tales como ser atormentados por demonios, se asemejan a los infiernos Occidentales. Pero a diferencia del infierno Occidental, el infierno Hindú no es la morada final del alma. Ellos son mas bien como purgatorios en los cuales las almas pecadoras sufren por un tiempo limitado. Después que termina ese tiempo, aun la persona más malvada sale del infierno y de nuevo participa en el ciclo de la reencarnación.

Ver más sobre Hinduismo y la vida póstuma en www.near-death.com

Budismo

Buda continuó la doctrina básica del Hinduismo sobre la reencarnación y el karma, así como la noción de que el objetivo de la vida religiosa debe ser escapar del ciclo de muerte y renacimiento (reencarnación). Buda enseñó que lo que nos mantiene atados al proceso de muerte/renacimiento es el deseo, el deseo en el sentido de anhelar las cosas de este mundo. De ahí que para lograr el objetivo de liberarse de los ciclos de reencarnación se requiera liberarse de los deseos mundanos. Nirvana para los Budistas representa la liberación. Nirvana literalmente significa extinción y se refiere a la extinción de los deseos, una extinción que permite alcanzar la liberación.

Donde Buda se separó más radicalmente del Hinduismo fue en su doctrina del "anatta", que es la noción de que el alma de los individuos no es eterna. En lugar de almas eternas, los individuos consisten en un conjunto de hábitos, memorias, sensaciones, deseos, etc., las cuales al unirse dan la apariencia de que la persona es un ser estable y duradero, lo que comúnmente se llama ‘ego’. A pesar de su naturaleza transitoria, este falso ego se mantiene unido como una individualidad y reencarna en cuerpo tras cuerpo. En el Budismo, así como en el Hinduismo, la vida en el cuerpo biológico se ve negativamente, como fuente de sufrimiento. De ahí que el objetivo sea obtener la liberación. En el Budismo esto significa abandonar el sentido del ego de forma tal que las memorias y los impulsos se desintegren, y no quede nada para reencarnar ni para experimentar dolor.

Según el Libro Tibetano de los Muertos (Tibetan Book of the Dead), al morir, el espíritu del difunto pasa por un proceso que dura cuarenta y nueve días, dividido en tres estados llamados "bardos". Al concluir el bardo, la persona entra en nirvana o regresa a la tierra para renacer. Es imperativo que el individuo que va a morir se mantenga conciente tanto como pueda porque los pensamientos que uno tenga durante el paso de la muerte influencian grandemente la naturaleza de la experiencia en el ‘más allá’, y si uno no puede lograr el nirvana, también influencian en el estado de la próxima encarnación.

La primera etapa del Bardo (Chikai Bardo) comienza con la muerte y se extiende por día y medio hasta cuatro días. Este es el período necesario para que el fallecido se de cuenta que ya ha salido del cuerpo. La conciencia del fallecido experimenta un éxtasis la primera que ve la "Clara Luz Blanca" en el momento de la muerte. Todos reciben al menos un cierto atisbo de la luz. Los que están más desarrollados espiritualmente pueden verla por más tiempo. La persona promedio pasa por un estado secundario de una "luz clara."

La segunda etapa (Chonyid Bardo), el bardo de la Mente Luminosa, la persona experimenta alucinaciones debido al karma creado durante la vida. Excepto los que son muy desarrollados, en general el individuo promedio sentirá que aun está en el cuerpo. El fallecido entonces encuentra varias apariciones, como son deidades de “paz” y de “ira”, que realmente son personificaciones de los sentimientos humanos y que, para lograr el nirvana con éxito, el fallecido debe encarar sin temor. Solo los individuos más evolucionados pueden evitar completamente la experiencia del bardo e ir directamente al área del paraíso. La tercera etapa (Sidpa Bardo), el bardo del renacimiento, es el proceso de reencarnación.

Ver más sobre Budismo el sitio de www.near-death.com

Judaísmo

El Judaísmo Tradicional firmemente cree que la muerte no es el fin de la existencia humana. Sin embargo, debido a que el Judaísmo Tradicional se concentra fundamentalmente en la vida aquí y ahora, más que en la vida póstuma, el Judaísmo Tradicional no tiene muchos dogmas sobre la vida después de la muerte y deja bastante espacio para las opiniones personales. Es posible para un Judío Ortodoxo creer que las almas de los justos van a un lugar similar al cielo o paraíso Cristiano, o bien que ellos son reencarnados a través de muchas vidas, o que ellos simplemente esperan hasta la llegada del Mesías cuando serán resucitados. De manera similar, los Judíos Ortodoxos pueden creer que las almas de los malvados son simplemente destruidas al morir, dejando de existir.

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Islam

De acuerdo con los principios de fe del Islam, la muerte es el fin de la vida física y el comienzo de un período de descanso hasta el día de la resurrección cuando Alá juzgue a los vivos y a los muertos. Muchos Musulmanes creen que los fieles son capaces de tener visiones de Dios después de la muerte y que los malvados tienen visiones del infierno. Excepto por esas visiones del cielo y del infierno, los Musulmanes creen que el alma permanece en una especie de “sueño del alma” hasta que llegue el Día del Juicio. Cuando llega el Día del Juicio, todos son juzgados de acuerdo a sus hechos en la vida. Muchos Musulmanes creen que los no-musulmán pueden alcanzar el cielo solo después de un período de purificación en los fuegos del purgatorio.

En el siglo octavo apareció una secta mística del Islam llamada Sufismo, la cual combinó las tradiciones místicas de los antiguos Griegos y Budistas con la fe tradicional del Islam. Los conceptos encontrados en el Sufismo aparecen en muchas de las experiencias de muerte cercana que han sido reportadas. Los maestros Sufi enseñan que, después de la muerte, una persona se juzga a si misma y por tanto trae sobre si misma su propio cielo o infierno. El Sufismo también se conoce como el “Camino del Corazón” o el “Camino del Puro” y se considera un medio por el cual uno puede ascender desde los niveles bajos hacia la Luz Divina que penetra todo el universo. El concepto de la luz es común a muchas otras religiones así como en las experiencias de muerte cercana. De acuerdo a la tradición Sufi, hay muchas formas de ascender pero la esencia del camino hacia Dios es encontrarse uno mismo. Como dice una expresión Sufi: "Conócete a ti mismo, conoce a tu Dios."

Leer más sobre el Islam y la vida póstuma en www.near-death.com

Santería y Tradiciones Africanas

Para los practicantes de las religiones de origen yoruba (Orisha-Ifá, en yoruba), la muerte no es más que otra forma de vida. Cuando una persona ha cumplido con éxito las tareas de depuración que le fueron encomendadas como ser encarnado; cuando además, por su obra material y espiritual se cumplen rigurosamente todos los rituales funerarios, ella logrará trascender a otras dimensiones que le convertirán en un “ku” o espíritu luminoso y, en posesión de esta condición, reencarnará en las esencias que le sean afines. En caso de que no se cumplan adecuadamente todas estas condiciones, la muerte supone su transformación en un “ba” o espíritu errante, que sólo podrá manifestarse como energía negativa, pues no contribuirá a incrementar su depuración espiritual, o lo que es lo mismo, no brindará aché a los seres encarnados.

La persona fallecida sólo alcanzará la categoría de “ku” cuando su alma llegue a ode orun, o mundo de los dioses, aunque en el camino a este grado espiritual, Olofi le encomiende diversas tareas de beneficio colectivo. Esto explica el por qué en los tratados teológicos yorubas la muerte de los más relevantes profetas se produce luego de muchos años de vida: la muerte no es sinónima de desencarnar, sino posibilidad de reencarnar como una partícula de luz divina.

Existe una gran contradicción entre los esfuerzos que debe hacer cada persona para procurarse los beneficios (ireses) para él, sus familiares y congéneres, y los perjuicios (osogbos) que le son enviados por Eshu para limitar y dificultar su existencia. Entre los esfuerzos para purificar el espíritu, se halla el llevar una vida religiosa íntegra, efectuar los sacrificios y ofrendas a los dioses y ancestros. Entre los osogbos aparecen: la muerte prematura y repentina, la enfermedad, los accidentes, etc.

Es por ello que al fin de la existencia, Ikú nos lleva de regreso al barro. Se trata de un retorno, de una regresión. En relación con esta leyenda, tenemos el oddu de Ifá “Irete Kutan”, que en uno de sus versos dice: “Lo que la tierra da, la tierra se lo come”, lo que indica que la muerte es el retorno al principio esencial de la existencia.

Leer más sobre Santería y religones afrocubanas en la página de Espiritismo Cruzado (Espiritismo a lo cubano).

Espiritualismo y Espiritismo

La religión del Espiritualismo (Spiritualism, en inglés) platea que todas las personas y los animales que han sido amados (que tienen sus vibraciones elevadas) tales como las mascotas, continúan viviendo después de la muerte física. Al pasar al ´otro lado´ nos llevamos tres cosas con nosotros: nuestro cuerpo espiritual o etéreo (un duplicado energético de nuestro cuerpo biológico), todas nuestras memorias y nuestro carácter o personalidad.

Cuando cruzamos al otro lado vamos a una región Astral o dimensión espiritual que acomode las vibraciones que hemos acumulado de todos nuestros pensamientos y acciones en nuestra vida. La persona decente promedio va a lo que usualmente llaman Tercer Nivel, aunque también le dan otros nombres. Aquellos que han sido intencionalmente crueles y consistentemente egoístas van a una región Astral más oscura y desagradable porque el nivel de sus vibraciones es mucho mas bajo que las vibraciones del Tercer Nivel.

La información transmitida desde el otro lado nos dice que el Tercer Nivel es un lugar de enorme belleza, paz y luz. Una dimensión donde existe la posibilidad de continuar nuestro perfeccionamiento o evolución espiritual indefinidamente. Las personas que por sus méritos morales lo merezcan pueden progresar a niveles superiores; es decir al cuarto, quinto, sexto, séptimo y así sucesivamente. Para los humanos se conoce que al menos hay siete niveles de vibración, desde los más bajos hasta los más elevados – mientras más elevadas sean las vibraciones más bellas y mejores serán las condiciones del nivel. La Ley del Progreso o Ley de Evolución Espiritual a su vez plantea que aquellos espíritus imperfectos que se encuentran en los niveles más bajos podrán un día avanzar lentamente hacia los Niveles de Luz aun si esto les toma mucho tiempo.

El Espiritismo, brevemente, plantea principios muy similares al Espiritualismo y está basado en las obras y los trabajos de investigación realizados por Allan Kardec. -- ver a continuación.

El Espiritualismo y el Espiritismo son el resultado de la aceptación de la evidencia producida empíricamente de que la Consciencia humana sobrevive la muerte biológica y que los que sobreviven pueden comunicarse con los que están físicamente en la tierra en muchas formas diferentes. Esta comunicación puede realizarse en al menos veinte formas diferentes a través de procesos validados empíricamente que incluyen la mediumnidad mental, física y de voz directa, la escritura automática (psicografía), la telepatía, la xenoglosia, Fenómenos de Voces Electrónicas, Trans Comunicación Instrumental, apariciones, la Tabla de Ouija, las visiones en el lecho de muerte, los Poltergeists, y otros.

Los Espiritualistas y los Espiritistas además se guían por la Ley Universal de Causa y Efecto, aceptando la responsabilidad individual y el hecho de que el universo está gobernado por una Inteligencia Suprema, comúnmente llamada Dios. Además es importante notar que los Espiritistas y la mayoría de los Espiritualistas aceptan la reencarnación y la consideran un concepto esencial para poder comprender el proceso de evolución espiritual humana, así como la relación que existe entre el libre albedrío humano y la justicia divina. En cuanto a formas de organización, algunos Espiritualistas se organizan y tienen servicios religiosos en Iglesias Espiritualistas mientras que los Espiritistas en algunos casos se organizan en Sociedades o Centros Espiritistas para realizar obras de caridad y otras actividades de servicio comunitario. Muchas personas se consideran Espiritualistas o Espiritistas sin alinearse con ninguna organización formal.

El movimiento del Espiritualismo Moderno comenzó en 1848 en Hydesville, New York, con las hermanas Fox quienes demostraron que los espíritus se comunicaban con ellas mediante sonidos y golpeteos en mesas. El record histórico muestra que se encontró un esqueleto en el sótano donde las hermanas Fox vivían – cuando el espíritu de un hombre que fue asesinado las dirigió a excavar en el sótano. El descubrimiento del esqueleto confirmó los golpeteos dirigidos a las hermanas Fox pues el anterior residente asesinado informó a las hermanas Fox sobre quien lo asesinó y la policía pudo capturar al asesino.

Hoy en día, al igual que ha sido por miles de años, millones de personas en todo el mundo experimentan por ellos mismos la comunicación con sus seres queridos desde el mundo espiritual. La comunicación es ya un hecho bastante aceptado mundialmente. Famosos científicos altamente creíbles utilizan métodos empíricos para confirmar esta comunicación. Pruebas científicas se realizan regularmente a personas que son mediums dotados en las cuales se obtienen resultados muy exitosos.

El Espiritismo como filosofía se distingue del Espiritualismo como religión en que el Espiritismo está definido por la Doctrina Espírita como una colección de principios y leyes que se consideran reveladas por Espíritus Superiores, contenidas en las obras de Allan Kardec, las cuales constituyen la Codificación del Espiritismo: El Libro de los Espíritus, El Libro de los Médium, El Evangelio según el Espiritismo, Cielo e Infierno, El Génesis de acuerdo al Espiritismo. La obra más definitiva sobre el mundo espiritual y sus implicaciones morales, incluyendo la reencarnación y la comunicación con los espíritus, es sin dudas el Libro de los Espíritus escrito por Allan Kardec en 1857, del cual se han vendido más de quince millones de copias en 30 idiomas y que actualmente está disponible gratuitamente en forma electrónica en la Internet.

Nota: Si el lector desea saber que es lo que realmente ocurre al morir por favor pasar a la página: Que sucede cuando morimos.

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