martes, junio 11

DE LA METAPSÍQUICA A LA PARAPSICOLOGÍA

LAS FACULTADES PSI A EXAMEN


            Hace más de 130 años que algunos osados científicos contemplaron la necesidad de investigar los presuntos fenómenos inexplicables que tenían lugar en los velatorios espiritistas. Fue así como se creó la Sociedad para la Investigación Psíquica de Londres, compuesta por catedráticos de diversas ramas científicas, incluso premios Nobel. Desde entonces, se intenta hallar las posibles causas de unos hechos que parecen transgredir las rígidas leyes establecidas por la física clásica. Y a pesar de lo que afirman los detractores, se ha avanzado mucho, gracias al constante apoyo multidisciplinar. De hecho, ya el lugar de estudio no son aquellos tenebrosos salones espiritistas, sino asépticos laboratorios en los que la tecnología se ha puesto al servicio del estudio de los fenómenos PSI. 


            El matrimonio Fox jamás pudo imaginar que las experiencias que protagonizaron sus hijas Margaret y Kate en su casa de Hydesville (Nueva York) en 1848 -golpes o raps mediante los cuáles decían comunicarse con un ser de ultratumba-, daría origen a uno de los movimientos pseudorreligiosos más influyente y con mayor arraigo de la segunda mitad del siglo XIX: el Espiritismo. Ni mucho menos, que todo ello convulsionaría el sólido establishment científico, al traer consigo una serie de fenómenos extraordinarios -testimoniados por personas de total credibilidad y notable formación intelectual- que burlaban las leyes conocidas de la Naturaleza.

   Esos hechos no podían ser ignorados. En todo el mundo occidental no se hablaba de otra cosa. Los periódicos de la época se hacen eco de infinidad de casos de pretendidos contactos con el “más allá” y las sesiones espiritistas son frecuentadas por todas las clases sociales, especialmente por la burguesía, que encuentran un nuevo aliciente para sus monótonas vidas.



   Al publicarse las obras del médico francés Allan Kardec -el principal impulsor del Espiritismo en Europa-, se populariza definitivamente un asunto considerado ya por muchos como el más trascendente después del nacimiento de Jesús.

   A partir de 1860, los médiums se van multiplicando por doquier al igual que los fenómenos, que son cada vez más espectaculares y variados. Es hora entonces de entrar en escena para saber si son ciertos o no los episodios narrados por los espiritistas y determinar si realmente se trata de manifestaciones del reino de los difuntos. Y el catálogo es amplio: apariciones fantasmagóricas; movimientos de objetos; levitaciones de mesas, sillas e incluso personas; cambios repentinos de temperatura; raps, voces, sonidos y aromas surgidos de la nada; luces y vapores que flotan en el aire; etc. etc.


LOS INICIOS DE LA INVESTIGACIÓN

            Los primeros científicos y profesores que valientemente toman las riendas del estudio de los fenómenos mediúmnicos fueron el astrónomo Camille Flammarion, el físico Marc Thury, el filósofo Frederic W. H. Myers, el biólogo evolucionista Alfred Russel Wallace, el físico Sir William Barret y el astrónomo Johann Zöllner, entre otros muchos precursores. En 1869 es cuando por primera vez, una institución, la Sociedad Dialéctica de Londres, presidida por el reputado físico Sir John Lubbock, decide crear un comité para analizar los fenómenos espiritistas. Aunque el propósito no era otro que desenmascar lo que a priori consideraban burdas supersticiones, los resultados de la investigación no fueron los esperados, y los treinta y tres miembros de la comisión redactan un informe de 400 páginas admitiendo la realidad de fenómenos como golpes y vibraciones de naturaleza desconocida, movimientos de cuerpos pesados sin acción mecánica, ruidos que responden inteligentemente a las preguntas formuladas, aparición de manos y formas humanas, levitación de personas, etc. El informe, duramente criticado por ciertos miembros de la Sociedad que se dejaron llevar por sus propios prejuicios, fue sin embargo bien acogido por ilustres científicos como el premio Nobel de química Sir William Crookes, descubridor del talio, quien decidió examinar a fondo esos hechos inexplicables.

    Con sus investigaciones, iniciadas en 1870, nace la llamada “Metapsíquica” (precursora de la futura Parapsicología), término acuñado por el premio Nobel de medicina Charles Richet, uno de los más célebres investigadores de la época. Según Richet, la Metapsíquica puede definirse como “la ciencia que tiene por objeto el estudio de los fenómenos físicos o psicológicos producidos por fuerzas que parecen inteligentes o por facultades desconocidas de la mente humana”. Por aquel tiempo, comienza a destacar el médium escocés Daniel Dunglas Home, capaz de realizar espectaculares fenómenos de efectos físicos a plena luz del día y ante numerosos testigos. Decían de él que, en ocasiones, se elevaba en el aire hasta tocar el techo o salía por una ventana para entrar por otra. Fue invitado incluso por el emperador Napoleón III y por el zar Alejandro II fascinados por lo que de su persona se contaba. Crookes le somete a numerosas pruebas, siempre bajo un estricto control -construyendo incluso ingeniosos aparatos para experimentar con él-, constatando finalmente la realidad de sus facultades mediúmnicas. Los resultados son difundidos en varias publicaciones científicas. En enero de 1874, en el “Quarterly Journal of Science”, el científico escribe: Los fenómenos que voy a narrar son tan extraordinarios y tan opuestos a las leyes científicas que, incluso ahora, recordando los detalles de los que he sido testigo, se crea un antagonismo en mi mente entre la razón, que afirma es científicamente imposible, y lo que percibí con mis sentidos, que dan fe de algo opuesto a mis conocimientos (...) Habiéndome cerciorado de su veracidad, sería para mí una cobardía el no dar mi testimonio sobre ellos...”   

            Pocos años después, concretamente en 1882, se funda en Londres la primera sociedad dedicada exclusivamente al análisis e investigación de los fenómenos mediúmnicos: la Society for Psychical Research, presidida por Henry Sidgwick, filósofo de Cambridge. Sus integrantes pertenecen a diversas disciplinas científicas y médicas. Se crean filiales en otros paises, como la American Society for Psychical Research de EEUU, presidida por el profesor de Harvard William James -y entre cuyos miembros destaca Sigmund Freud, padre del psicoanálisis-, así como otras sociedades de reconocido prestigio como el Institute Metapsychique International de Paris, fundado por el médico Gustave Geley.

   Es a partir de entonces cuando comienza el estudio sistemático de cada uno de los fenómenos producidos por los grandes médiums espiritistas de la época. Amén del ya aludido D. D. Home, y alcanzando el siglo XX, son sometidos a rigurosas investigaciones médiums de la talla de Eusapia Palladino, Florence Cook -en cuyos trances se materializaba el célebre fantasma de Katie King-, los hermanos Schneider, Leonora Piper, Stanislawa Tomczyk, Franek Kluski, y un largo etcétera. No está de más decir que ante tal boom, también hubo numerosos casos fraudulentos, abundando los impostores. Gracias a hombres como el famoso ilusionista Harry Houdini, el investigador Harry Price o el astrónomo español J. Comas Solà se logró desenmascarar a muchos falsos médiums.        

  
¿UNA NUEVA FORMA DE ENERGIA?    
            Aquellos primeros trabajos tuvieron como principal objetivo demostrar la realidad de los fenómenos. Poco podía decirse aún sobre el origen de los mismos. Antes de formar hipótesis, es necesario estar seguro de que los hechos existen verdaderamente”, apuntaba el sacerdote jesuita Carlos M. de Heredia en su crítica obra “Fraudes Espiritistas y Fenómenos Metapsíquicos” (1930). No obstante, ya hubo investigadores que ofrecieron posibles teorías. Algunos se decantaron por una explicación trascendente, convirtiéndose en defensores de la doctrina espiritista. Fue el caso de Sir Oliver Lodge, Cesare Lombroso o Arthur Conan Doyle, por ejemplo. Pero la gran mayoría comenzó a referirse a una energía exteriorizada por el médium durante los estados de trance. Al menos, la presencia de éste era necesaria para la manifestación de los fenómenos. El astrónomo Flammarion afirmaría que “los seres humanos poseen una fuerza fluídica y psíquica de naturaleza aún desconocida”. Johann Zöllner aplicaría su teoría sobre la cuarta dimensión a los fenómenos mediúmnicos, mientras que Myers prefiere hablar de un “Yo-subliminal”. Cualquier término es válido para denominar a esa invisible energía mediúmnica: “fuerza metaetérea”, “rayos N”, “fluido mesmérico”, “fuerza ódica”, “radiaciones rígidas”...  Se intenta a la vez clasificar la gran variedad de fenómenos. Así, el filósofo Emile Boirac habla de fenómenos hipnoides (aquellos que pueden explicarse por fuerzas conocidas), magnetoides (en los que intervienen fuerzas aún desconocidas) y espiritoides (producidos presuntamente por fuerzas extranaturales). Por su parte, Joseph Maxwell distingue entre fenómenos materiales o físicos (materializaciones, aportes, levitación...) y fenómenos intelectuales (clarividencia, escritura automática, voces directas...). Una división muy aproximada a la que más tarde ofrecería Charles Richet en su extraordinario “Tratado de Metapsíquica”, clasificando los fenómenos entre objetivos, externos y perceptibles por los sentidos, y subjetivos, o mentales.

   Hasta la década de los veinte no se intenta separar la Metapsíquica del Espiritismo y establecer una terminología adecuada para los fenómenos mediúmnicos. Se comienza a hablar de “telergia” (tele: lejos, ergon: acción), que según René Sudre, científico de la Sorbona, designaría los fenómenos en los cuales el fluido psíquico o su fuerza asociada realizan más o menos visiblemente una acción exterior sobre los objetos materiales”. La idea de que los fenómenos de efectos físicos se originan por la liberación y transformación de la energía del organismo del sujeto, es finalmente apoyada por la gran mayoría de especialistas de la época.

            Las investigaciones metapsíquicas van alcanzando poco a poco un nivel más que aceptable, sobre todo tras el Congreso Internacional celebrado en Varsovia en 1923. Algunos centros docentes deciden crear laboratorios para estudiar a los sujetos con facultades mediúmnicas. Es así como el Departamento de Psicología de la Universidad de Duke (Carolina del Norte, EEUU) establece en 1927 un laboratorio de investigaciones psíquicas gracias al empeño del psicólogo William McDougall, poniendo al frente del mismo al biólogo Joseph Banks Rhine. A partir de entonces, la investigación metapsíquica adquirirá una inesperada dimensión...


E.S.P. Y ESTADÍSTICA  

            Los años treinta abren una nueva y decisiva etapa en el estudio de los fenómenos ocultos. Ya no es necesario recurrir a hipótesis espiritistas. Es más, nadie había sido capaz de demostrar hasta esa fecha que los difuntos eran los causantes de tales hechos. Por eso, la mayoría de los estudiosos estaban de acuerdo de que son fenómenos ligados al ser humano. La mente inconsciente, de la que hablaban Freud y Jung, parecía encerrar ese misterio. Es así como desaparece el periodo metapsíquico dando paso al periodo científico de la Parapsicología (neologismo propuesto por Max Dessoir en 1889), y que podría definirse como “la rama de la psicología que se ocupa de los hechos psíquicos que parecen escapar del dominio de las que, hasta el presente, se reconocen como leyes normales” (Rhine, 1947). A su vez, se comienza a utilizar el término “Psi” (letra del alfabeto griego) para designar de una forma general la facultad humana, inconsciente y extrafísica, que origina la amplia gama de fenómenos parapsicológicos.

            El Dr. Rhine publica en 1934 un trabajo muy revelador, que recoge sus estudios sobre la telepatía, la clarividencia y la precognición, fenómenos englobados bajo el nuevo vocablo de “Percepción Extrasensorial” (ESP). Trabaja junto a su esposa, la bióloga Louise E. Rhine, aplicando el método estadístico en sus investigaciones con alumnos universitarios, siempre bajo condiciones muy rigurosas de control. Para ello, emplea las conocidas “cartas Zener” (inventadas por el doctor K.F.Zener). Se realizan miles de pruebas y los resultados son asombrosos, como en el caso de los estudiantes A.J. Linzmayer y Hubert Peace que logran aciertos muy por encima del azar. Poco después, Rhine, considerado ya como el padre de la Parapsicología Científica, se centra en la investigación de los fenómenos de psicoquinesis (PK), o de acción de la mente sobre la materia. También emplea el método cuantitativo-estadístico, utilizando dados y aplicando el cálculo de probabilidades. Los trabajos de Rhine y sus colaboradores son muy elogiados hasta el punto que en el Congreso Anual de la American Psychological Association, celebrado en Ohio en 1938, buena parte de los psicólogos allí reunidos consideran que la investigación de la ESP es legítimamente científica y pertenece al dominio de la psicología. De hecho, al finalizar la década, casi medio centenar de universidades norteamericanas acogen ya departamentos para estudiar las facultades PSI, cuya evidencia fue posible gracias a los trabajos experimentales iniciados en Duke. “La realidad de los fenómenos debe considerarse probada con tanta certidumbre como puede serlo cualquier hecho en la investigación científica. Abandonemos, pues, la tentativa de volver a probar, para satisfacción de los escépticos, la realidad del efecto psi, y consagrémonos en cambio a descubrir cuanto nos sea posible sobre ese fenómeno”, declararía Robert Thouless, psicólogo de Cambridge. Sin duda, la figura del Dr. Rhine, que alcanzó una gran fama internacional, ha sido esencial para que la Parapsicología lograse el merecido reconocimiento académico y científico. En los años siguientes se notó bastante ese interés. Muchas universidades impartieron enseñanza sobre Parapsicología, financiaron trabajos de investigación e incluso otorgaron doctorados en medicina, filosofía y ciencias por tesis parapsicológicas.  


LA CIENCIA ABRE SUS PUERTAS

            1953 fue un año importantísimo para la nueva ciencia de lo paranormal. En la Universidad de Utrech (Holanda) se celebra el VI Congreso Internacional de Parapsicología en el que se establecen definitivamente las bases metodológicas y se acuerda una correcta clasificación y terminología para designar los fenómenos parapsicológicos. Unánimemente se acepta el término Parapsicología sustituyendo para siempre al de Metapsíquica, que aún se utilizaba en algunos países. En dicho evento, participan numerosos científicos que ofrecen su apoyo a la investigación psi. De paso, se crea en dicha universidad la primera cátedra de Parapsicología que sería dirigida por el eminente profesor Willem C. Tenhaeff. Por esas mismas fechas, el psicólogo Hans Bender funda en la Universidad de Friburgo (Alemania) el Instituto de Psicohigiene y Áreas Limítrofes de la Psicología, que sería conocido como Instituto de Parapsicología, una de las entidades más acreditadas a nivel mundial. Durante los años siguientes se siguen creandos cátedras de Parapsicología en los países más desarrollados, y en 1957 se funda en Nueva York la Parapsychological Association, a la que pertenecen científicos de muy diversas áreas. Es un momento álgido para la investigación psi. Se organizan congresos y seminarios por todo el mundo. Y ante la sorpresa de muchos, la Unión Soviética también se ve atraída por el campo de lo paranormal. Así, en 1960, el catedrático de Fisiología Leonid Vasiliev establece en la Universidad de Leningrado un departamento dedicado a la Bio-Información (término con el que allí se conoce la Percepción Extrasensorial).  

            Pero el día más inolvidable para la Parapsicología llega el 30 de diciembre de 1969. La Parapsychological Association (PA) consigue, tras varios intentos, ser admitida en la prestigiosa American Association for the Advancement of Science (AAAS), entidad que acoge a 300 organizaciones científicas. Durante el memorable acto, la antropóloga Margaret Mead defendió el rigor científico de la Parapsychological Association en sus estudios e investigaciones y propuso que se votara en su favor. Ciento setenta manos se alzaron a favor, frente a treinta en contra. “La propuesta queda aprobada”, anunció el presidente de la AAAS ante la alegría de los miembros de la PA. Era el reconocimiento oficial de la Parapsicología como ciencia. La recompensa a tantos años de dedicación y esfuerzo para alcanzar un merecido lugar entre las restantes disciplinas académicas.  


AÑOS 70: EL BOOM DE LOS PARAGNOSTAS

            Quiénes hemos tenido la oportunidad de ver las imágenes del documental realizado en 1967 a la psíquica rusa Nina Kulagina no podemos disimular nuestro asombro. Bajo la atenta vigilancia de físicos, médicos y periodistas, Kulagina -con su cabeza llena de electrodos para controlar las ondas cerebrales- fue capaz de realizar increíbles fenómenos PK tras unos minutos de concentración. Desde mover y levitar objetos introducidos en una campana de cristal, hasta hacer girar a gran velocidad la aguja de una brújula, provocar quemazón en el cuello de un voluntario o interrumpir los latidos de corazón de una rana. Sus aciertos ESP también fueron sorprendentes. Tras las agotadoras pruebas, a las que siempre se sometió sin oponerse lo más mínimo, su fatiga era bien palpable. Su corazón alcanzaba nada menos que 240 pulsaciones por minuto y llegaba a perder hasta dos kilos de peso por sesión, además de apreciarse cambios en el campo electrostático cercano a su cuerpo. Mantuvo sus facultades psi hasta su muerte acaecida en abril de 1990. Sin la menor duda, Nina Kulagina ha sido la sensitiva más estudiada de todos los tiempos (por cuarenta científicos entre ellos dos premios Nobel) y la que ha obtenido mejores resultados.

            Los casos de dotados PK abundaron durante la década de los 70. Las proezas de algunos psíquicos tuvieron amplia difusión en todo el mundo. Ted Serios era capaz de proyectar imágenes mentales en una película fotográfica; Ingo Swann lograba alterar la temperatura de termistores aislados; Nigel Richmond podía influir en el movimiento de los paramecios; Jean-Pierre Girard doblaba barras de acero con solo pasar sus dedos... Pero sin duda, el más famoso de todos fue el israelí Uri Geller, que se paseó por los platós de TV convirtiendo en show sus presuntas habilidades psicocinéticas. Doblaba cubiertos y llaves, ponía en funcionamiento relojes estropeados, rompía objetos metálicos, etc. etc. Aún hoy, sigue haciéndolo. La verdad es que, pese a haber sido acusado de impostor por sus numerosos detractores, Geller obtuvo resultados muy significativos en algunas pruebas de laboratorio, como las realizadas en el Stanford Research Institute (California), o las que llevaron a cabo el físico John Hasted, del Birkbeck College de Londres, y el matemático John Taylor, del King’s College de Londres (no olvidemos que Geller ha amasado una inmensa fortuna tras poner sus capacidades parapsíquicas al servicio de compañías petroleras y mineras lo que demuestra que obtuvo éxito en sus prospecciones sobre mapas). Durante sus frecuentes apariciones públicas, se comenzó a hablar del denominado efecto Geller. Centenares de personas de todo el mundo confesaban haber reproducido los mismos fenómenos que el psíquico israelí mientras le veían actuar en televisión. La mayoría eran niños de entre 8 y 14 años -que serían bautizados como “mini-Gellers”-. ¿Indicaba este singular hallazgo que las facultades psi las compartimos todos los humanos y no únicamente algunos dotados?... 

 
   A este respecto, las investigaciones psi efectuadas por los físicos estadounidenses Harold Puthoff y Russell Targ, financiadas en parte por la CIA, les llevaron a reconocer en su detallado informe “Mind-Reach” que en nuestra investigación, las funciones paranormales aparecen como una capacidad latente que todos los sujetos pueden experimentar en cierta medida”. Un dato que sería corroborado por otros parapsicólogos. De hecho, el sociólogo Andrew Greeley se sorprendió de lo extendida que están las experiencias psi tras realizar en 1973 una encuesta entre la población norteamericana: “Casi una quinta parte de la población dice haber tenido frecuentes experiencias paranormales, descubrimiento tan deslumbrador para nuestros colegas de otras ciencias sociales como para nosotros”.

            Pero si todos la poseemos a nivel inconsciente ¿por qué unos individuos manifiestan la facultad psi y otros no?... Parece que, entre otros factores, cuenta la actitud de la persona hacia estos fenómenos. Según las investigaciones de la psicóloga Gertrude R. Schmeidler, aquellos sujetos que creen en la ESP obtienen mejores resultados en los experimentos que aquellos que se muestran escépticos. El factor emocional parece jugar también un papel esencial en los resultados, como comprobó la doctora Thelma Moss. Por aquellos años, se constató asimismo que la facultad psi se manifiesta con más facilidad cuando el sujeto se halla en un estado de relajación y sus ondas cerebrales alcanzan el nivel alfa. Durante la meditación, el trance hipnótico o el aislamiento sensorial (técnica Ganzfeld) -que conducen a un estado modificado de conciencia- se consigue mayores éxitos en las experiencias psi. Los trabajos de reputados parapsicólogos como Milan Ryzl, Charles Honorton o Leonid Vasiliev así parecía demostrarlo. También los sueños son una vía para manifestarse las facultades ESP. En el Laboratorio de los Sueños del Centro Médico Maimónides (Nueva York), los doctores Stanley Krippner y Montague Ullman iniciaron hace tres décadas sus investigaciones sobre la “telepatía onírica” con sujetos voluntarios obteniendo resultados muy prometedores. 


PARAPSICOLOGÍA HOY

            A pesar de las lógicas dificultades existentes en un terreno fronterizo como el que nos ocupa, afortunadamente se ha logrado avanzar en el estudio de las facultades psi desde que hace poco más de treinta años la Parapsicología se convirtió oficialmente en ciencia y recibió apoyo multidisciplinar. Incluso en 1973 la UNESCO acogió los conceptos parapsicológicos en su Nomenclatura Internacional para los campos de Ciencia y Tecnología. Aún así, las críticas le seguirán lloviendo, porque los prejuicios y los intereses creados son muchos. Sin embargo, los científicos interesados seriamente en lo paranormal harán caso omiso a esos ataques y proseguirán con sus investigaciones de laboratorio.

   Uno de esos científicos comprometidos con la Parapsicología ha sido el físico alemán Helmut Schmidt que desde los años setenta ha venido aplicando la tecnología al estudio de las facultades ESP y PK. Para ello, ideó un generador binario de sucesos aleatorios (GSA), con el que se eliminaban los errores de registro y posibles fallos metodológicos, y a su vez quedaban registrados de forma automática los resultados. Con ese aparato, la aleatoriedad quedaba garantizada. Ray Hyman, un escéptico de la Parapsicología, llegó a decir sobre tales experimentos que: La labor de Schmidt es la más sugestiva con la que puede enfrentarse un crítico como yo. Su enfoque invalida muchas críticas anteriores sobre la investigación parapsicológica (...) Si existen defectos en su trabajo, no son ni evidentes ni comunes”.

            Hay que destacar también los interesantes experimentos PK que se están llevando a cabo en el Laboratorio de Investigaciones de Anomalías de la Facultad de Ingeniería de Princeton (New Jersey), dirigido por el Dr. Robert G. Jahn, para intentar desarrollar un modelo teórico sobre la interacción de la conciencia con el medio físico. También una de las prioridades de este equipo de ingenieros es la investigación de la percepción remota precognitiva (PRP) para hallar objetivos geográficos distantes.


   No podíamos concluir sin apuntar que los nuevos paradigmas planteados por la física teórica podrían servir de base para explicar determinados fenómenos parapsicológicos. Por ese camino discurren actualmente las investigaciones de algunos científicos como Brian Josephson, premio Nobel de Física, o Jack Sarfatti, director del Grupo de Investigación en Física de la Conciencia, de San Francisco. Y es que, la teoría cuántica, de manera indirecta, nos está permitiendo comprender algo mejor el paradójico universo de los fenómenos psi, en donde conceptos como tiempo, espacio y materia se ven profundamente alterados. De ahí que ya se esté hablando de una Parapsicología Cuántica. Precisamente, el Dr. Rhine, en su obra “Parapsychology” (1957) -escrita conjuntamente con el psicólogo J.G.Pratt-, afirmaba que “el hecho de que se produzca interacción entre los sistemas psíquicos y físicos implica para la mente lógica, la existencia de una unidad fundamental que sugiere que los fenómenos de la parapsicología y la física pertenecen ambos a un mismo universo que todo lo comprende. Si ello es así, es porque aún está por descubrirse una porción de realidad más grande que la que ya ha sido revelada. La física, entonces, no estaría desvinculada de psi y de sus operaciones”.

            Han quedado bastantes cosas en el tintero. Y es que la Parapsicología Científica explora muchos otros frentes: la Transcomunicación Instrumental, la Psicobioenergía, la Electrofisiónica, la micro-PK y bio-PK, el espionaje psíquico, la Radiónica, las ECMs, ESP y actividad geomagnética, PSI y sincronicidad, etc. etc.

   En la documentada obra “Explicando lo inexplicado” (1993), sus autores, los psicólogos Hans J. Eysenck y Carl Sargent, concluían que: La parapsicología está alcanzando su mayoría de edad rápidamente. A pesar de los problemas económicos, se le presenta un futuro fascinante en el siglo al que nos aproximamos”. Pues bien, ya hemos alcanzado el nuevo siglo. Esperemos que esta disciplina tan sugestiva siga progresando y contando con la confianza y el respaldo de la comunidad científica. Estamos convencidos de que el tiempo demostrará que la Parapsicología está contribuyendo a conocer más profundamente la mente humana y la realidad que nos rodea.

                                                                          
 (Anexo 1)

Hoy, gracias a internet, cualquier interesado puede tener acceso a informes, investigaciones, ponencias y demás actividades de las organizaciones internacionales más prestigiosas en el campo de lo paranormal. La mayoría de ellas tienen webs donde difunden sus trabajos. Incluso podemos encontrar algunas de las sociedades pioneras en la investigación metapsíquica que aún siguen activas. He aquí diez direcciones webs que recomendamos a los lectores interesados en la Parapsicología Científica:

-          Society for Psychical Research: http://www.spr.ac.uk/
-          The Parapsychological Association: http://www.parapsych.org/
-          Rhine Research Center: http://www.rhine.org/
-          Institut Metapsychique International: http://www.imi-paris.org/
-          American Society for Psychical Research: http://www.aspr.com/
-          Parapsychological Foundation: http://www.parapsychology.org/
-          Princeton Engineering Anomalies Research: www.princeton.edu/~pear
-          The Kloester Parapsychology Unit: http://moebius.psy.ed.ac.uk/
-          Centro Latino-Americano de Parapsicología: http://www.clap.org.br/
-          Instituto de Psicología Paranormal: http://www.alipsi.com.ar/       

                                                                                                                        

                                                                      
 (Anexo 2)

CLASIFICACIÓN DE LOS FENÓMENOS PSI

            Desde la Metapsíquica, han existido diversas clasificaciones de los fenómenos psíquicos. Pero a partir del Congreso de Utrech, en 1953, se estableció una clasificación finalmente aceptada por todas las sociedades de Parapsicología. Según dicha clasificación, los fenómenos parapsicológicos se dividen en dos grandes bloques: PSI-GAMMA y PSI-KAPPA.

   El primer grupo, de conocimiento extrasensorial (ESP), comprende los FENÓMENOS PARAPSÍQUICOS, entre los que destacan: la telepatía, la clarividencia, la precognición y retrocognición. Y los FENOMENOS PARAPSICOBIOLOGICOS: Hiperacusia, hiperosmia, cumberlandismo, visión dermoóptica, etc. 

   El segundo grupo, de acción de la mente sobre la materia (PK), comprende los FENOMENOS PARAFISICOS: telecinesia, levitación, ectoplasma, pirogénesis, psicofonías, etc. Y los FENOMENOS PARABIOLÓGICOS: Asitismo, parabiotermia, dermografias, estigmas, pirovasia, etc.

   Luego existen otros tres grupos más de fenómenos. Los PSICOBIODINAMICOS, que engloba la hipnosis, la psicografía, la posesión, la sintonización, etc. PSI Y ANIMALES: ESP animal, parazoolalia y parazoogesis. Y, por último, PSI Y VEGETALES: fitometarquia, fitotanatosis y fitopsiquismo
         
                                                                                                                            






No hay comentarios.:

Publicar un comentario